And the winner is...

Va apurándose lo que queda de año 2010, un año de buena cosecha para mí, a pesar de haber tenido y seguir teniendo menos dinero que uno que se está duchando, en las cosas más pequeñas y en las no tanto he tenido bastante suerte. Pare celebrar que éste blog ha cumplido mas de un año (ni idea de la fecha exacta), toca venir a contar que gracias a un moñigote de plastilina que me dió por hacer hace unas semanas, he ganado un mallot de campeón del mundo, pero no cualquiera, uno del mismísimo Hermida y firmado por él. Yuhuu, ya tengo para decorar el piso al que me voy a vivir, o para tapar la horrible foto de la comunión que a mi madre tanto lo gusta (que difícil es entender a las madres). La cuestión del concurso es que había que hacerse una foto imitándole, con su bigote a lo mejicano, pero no era labor de dejarse el bigotazo solo para la foto, así que me puse manos a la bora para hacer el susodicho Minihermida.

La cabra siempre tira para el monte.

Aprovechando mi vuelta al pueblo para pasar el puente, nada más llegar me ha recibido la nieve (esa que se suponía iba a dejar Madrid balnca y ni asomo de ella), y cómo no, nada más verla por la mañana en los tejados me ha entrado el gusanillo de salir a echar fotos. Aunque cómo muy madrugador no es que estuviera y el sol hace de las suyas (a pesar del frío penetra-huesos que hay por estos lugares) la poca nieve proto se ha empezado a derretir... así que, para variar, he acabado haciendo fotos de un tío feo en la bici. Eso sí, para intentar ser un poco más original, al menos he intentado darle un toque distinto a las fotos.

A falta de pan buenas son tortas.

Pues eso mismo, y como aquí en Madrid salir a la montaña y echar una mañana haciendo fotillos es algo que me pilla bastante lejos, pues me conformaré por el momento con hacerle arretratauras a los edificios, callejuelas y esas cosas (además el bolsillo no permite andar de viajes).
Y qué sensación más buena esa de que llega el viernes, que sería un día como cualquier otro de no ser porque empiezas a planear qué va a ser de tí los siguientes 2 días y medio. Aunque para qué nos vamos a engañar, los otros cuatro días de la semana tampoco nos dormimos en los laureles y siempre se busca algo que hacer para calentar el cuerpo.
Éstos son algunos cachos de madrid que me han gustado.

El Otoño, que bonico.

Aunque un poco tarde, por fín tengo tiempo para dedicar una entrada al Otoño.
El Otoño es mi época del año favorita, no se si porque me trae buenos recuerdos de todas las etapas de mi vida, o porque es la estación más fotogénica. Supongo que serán las dos cosas y habrá alguna razón más que ahora no caigo. Bueno, el olor a castañas asadas (y caras) y a calefacciones de lumbre que de vez en cuando llega a las narices también es algo entrañable de estas fechas, al menos para mí.


También me gustan las nubes, y el Otoño tiene un buen catálago (jeje, palabra ultimamente muy familiar para mí) casi todos los días.

Este año he cambiado las soleadas pero frías mañanas de fin de semana cruzando el Albaicín con la bici por las poco soleadas pero igual de frías mañanas por las callejuelas de Madrid, que también tiene su cosa "bonica" oye, pero no es lo mismo (aquí las caras de la gente pasan más rápido y la nube de contaminación influye). Me entra la morriña de Granada, empiezo a darme cuenta de que es el sitio perfecto para mí (bueno en realidad ya lo sabía).



Cosas de trabajo afortunadamente, y un trabajo afortunado, valga el trabalenguas. Eso sí, puestos a venirme a los Madriles, me alegro que sea en Otoño que me motiva más a salir a la calle (bueno la primavera y las flores escotadas que brotan tampoco se quedan atrás). Además el recuerdo que tendré será más bonito. La casa de campo a pesar de su mala fama, es un lugar bonito para dar una vuelta con la bici, aunque eso de tener una carretera a un lado y un muro al otro no es del todo de mi agrado. Será que estaba mal acostumbrado.


Por cierto, mi técnica del autoposado-colgar la cámara en un árbol está alcanzando un nivel de perfección inimaginable. Lo que no se ve en la foto es la media hora que cuesta hacer la dichosa fotito de recuerdo. Animo desde aquí a las chicas guapas que lean esto a salir en mis fotos, gracias (si es que alguna chica guapa lee esto).

Telebasura

O lo que es lo mismo, cómo aprovechar una tele que te encuentras en lo que alguien pensó que era "basura" de la forma mas creativa posible (posible para mi cabeza, que no en general).

Si no puedes con él... únete.

Despúes de un par de meses perenne de nuevo en la tierra que me vió venir al mundo, y echando mucho de menos los desniveles montañosos y el olor a cerveza alhambra, ya tocaba adaptarse por completo a lo que ahora tengo. Así que vale ya de quejarse y mejor empezar a ver lo que me rodea con otros ojos, que lo que aquí tenemos es distinto, y también bonito (hasta que tienes que hacerte 50 km. con la bici en línea recta y con un aire que literalemente "tira pa´trás").
Y para empezar con este cambio de miras y coincidiendo con el cambio de tempreaturas y colores veraniego-otoñal (me encanta el otoño, todo sea dicho), lo mejor es tirarse a la calle y al campo cámara en mano y a ver si me acabo convenciendo yo solo...de momento parece que la cosa funciona.
He aquí lo que es la primera entrega de lo que es una serie de fotos de mi tierra.








¿Quien dice que Valdepeñas no puede salir en el cine?

Hiperactividad de un hombre en el paro.

Cuando tus responsabilidades diarias giran en torno a tener el ordenador encendido ya sea para buscar lugares a dónde enviar desesperadamente currículum (o sea, sin esperanza de que te den trabajo o al menos contesten algo) y/o enviarlos directamente a las empresas, pues es inveitable que en ocasiones tu mano se deslice sobre el ratón mas rápido que tu sentido de la responsabilidad sobre tus obligaciones, y gracias a tu imaginación y tendencia a hacer chorradas (mayormente lo segundo) acabes haciendo cosas como la que tocaba esta semana:

Como me gustan los pastelitos.

Y mientras rebuscaba fotos para la entrada anterior, también me he dado cuenta que tenía otra cosa pendiente, básicamente porque no sabía que hacer con unas fotos de un paseo dominical por las calles de Granada. Otra de las cosas que me ha dado por aprender es a poner colores mas pastelosos a las fotos y jugar con la iluminación, básicamente porque veo que es otra de esas opciones que se utiliza mucho en la fotografía profesional (y digo: "si ellos pueden, yo también") y sobre todo, porque me gusta, que ya es suficiente.







El resultado no es espectacular, pero es distinto, y así no están todas las fotos iguales.

Y para acabar, una foto de un bodorrio, que también me gusta como quedó.

Un mundo pequeño.

Últimamente está muy de moda en las fotos una cosa que se llama "Tilt Shift" o lo que viene siendo el "efecto maqueta" en un quijotesco castellano (lo de quijotesco viene de que soy un poco de la mancha, no mas). Hace mucho que aprendí a hacer estas cosas, de hecho es una de las cosas con las que empecé a manejar las cuatro herramientas básicas del photoshop, lo único que no le había dedicado mucho tiempo a manejarlo porque tampoco encontraba las fotos adecuadas a las que aplicárselo, pero viendo que ahora empiezan todos a estar como locos con esto, pues a ver si empeziezo a controlarlo un poco mas. En google, tutoriales no faltan.





No se si me habrá salido bien, en realidad es bastante sencillo. Se trata de emborronar lo que no me interesa (bueno, desenfocar mejor dicho), sobre-enfocar lo que sí me interesa, y jugar un poco con los colores saturandolos un pelín mas y dándole mas blanco y negro a la curva de color, para que parezca que hay un foco o algo así alumbrando. Vamos, cuatro botones del photoshop, que tampoco es tanto. Lo único difícil es encontrar una foto a la que le venga bien, que a lo mejor no es el caso de las que he puesto, mejor si se ven coches, personas y cosas del estilo.

Va de zurdos.

Después de un año de espera, por fin vuelve a casa mi lefty. Después de la larga espera, los viajes que se ha pegado y la gran factura que me ha tocado pagar, incomprensiblemente sigue manca. Como estaba muy sosa con su color gris y yo muy mal a costumbrado a las estética destructiva de las calaveras de terminator (diseño made in dr.bike), tocaba hacerle algunas personalizaciones "fashion", véase: con la cara del Bulle.



Y de paso a hacer alguna fotillo en plan pose, para guarrear un poco con photoshop a ver si aprendemos un poco más.

Rojigualda.

Se llama Ana y me ha obligado a sacar los bártulos a la carretera para intentar hacerle unas fotos decentes en unos paisajes que no dicen mucho, así que me ha tocado exprimirme un poco los sesos esta mañana. Qué difícil es encontrar un sitio por aquí cerca sin un millón de cepas alrededor, y mas ahora que se huele la vendimia en el ambiente (y vaya recuerdos que trae el olorcillo mas dolorosos para los riñones).





Por cierto, si las cosas le salen bien, esta paisana será una de las 3 afortunadas que defenderán el maillot rojo en Australia dentro de unas semanas (el Mundial de ciclismo vamos), así que quien no la conozca aún que se quede con su cara que a lo mejor la vemos por la tele muy pronto.

De visita.

Por petición de mi numeroso club de fans (el 1 es un número no?), véase Jesús Alfonso (con el permiso de Gerardo), he de actualizar más mi blog. Como no dispongo de mucho tiempo para ponerme a materializar la larga lista de cosas que tengo en mente, que ya vendrán tiempos en los que no tenga una memoria de máster inacabada pendiendo sobre mi cabeza y otro gallo cantará, pues tengo que tirar de "viejas glorias", o lo que es lo mismo, un vídeo que ya hice pero se me olvidó subir por aquí: el despiece de la Trek que tantos buenos momentos me dío y aún me sigue dando (reconozco que le he cogido cariño).

Lo que se ve en el vídeo es el viaje nocturno desde Granada a Madrid, el traslado hacia Cercedilla (bueno, en realidad esto está trucado, si podéis fijaros lo que se ve es la salida de Madrid dirección Andalucía, pero a toda pastilla no se nota) y por supuesto el despiece. Y mas tarde un pequeño "travelling" en el interior de la redacción, con los muchachos de la revista currando (esto no es montaje, es cierto jeje).

Despiece Trek Fuel EX5 from HÉCTOR on Vimeo.

Bueno, quien quiera saber mas que compre a revista BIKE de septiembre http://www.mountainbike.es/front/noticia/NEWS/BIKE-221-EN-TU-KIOSCO/2c90a8c62aa39ed1012aae0bbad6006f, que salimos muy guapos jeje.

Atardece, que no es poco.

Una de mis asignautras pendientes (entre otras muchas) es el uso del flash en las fotos. Me dí cuenta especialmente cuando estuve con el "maestro" Gonzalo Manera (http://blog.gonzalomanera.com/) y ví la cantidad de cacharros que utiliza un profesional para hacer fotos dignas de portada de revista, y yo que pensaba que el flash casi no se utilizaba!

Así que aprovechando el déficit de atención que el verano me provoca y me impide estar en casa metido, y también las luces naranjas del atardecer-anochecer, intenté darle algo de uso al flash cutre-salchichero que trae de serie la cámara, al menos como primer acercamiento para empezar a controlarlo. Si la cosa funciona, cuando superemos la crisis invertiremos en uno bueno.

En el cerro de San Blas, trípode y a correr antes de que acaben los 20 segundos del temporizador... (a falta de chicas guapas modelos, toca hacerse las fotos a uno mismo, ¡mecachis!)


ISO 320, f5, 1/100sec. Compensación flash -0.3.


ISO 640, f5, 1/60sec. Compensación flash -0.3.

El sol se iba a calentar a otra parte del mundo, justo cuando me quedé sin batería.

Cosas modernas.

Y otra de esas cosas que no terminaban de convencerme hasta que las probé como Dios manda: las lentes fotocrómicas, fotocromáticas o fotocósmicas o como se llamen.

Perfectas para los días de tiempo bipolar cual estado emocional adolescente-enamorado (claro-oscuro quiero decir), que no sabes que gafas ponerte, e igualmente perfectas para montar en bici por esas zonas de bosque en las que con las gafas normales de lente oscura de repente vas a ciegas entre las sombras y de repente el bosque se abre y te casca el solano en el jepeto dejándote ciego.

Eso sí, la tecnología, el I+D, la ciencia y demás se pasan muchas horas al servicio de los avances para el futuro consumidor para que al final uno se pregunte...¿que pasaría si...? y acabe haciendo estas cosas raras:




Parece un dinero bien invertido.

La tontería compulsiva del mes.

Tenía que cambiar la transmisión de mi bici por causas ajenas a mi voluntad (desgaste llevado a su máxima expresión), y que mejor manera de hacerlo que simplificandola un poco. En parte son ganas de experimentar, en parte que cuanto menos llevas encima menos rompes y por último que soy presa fácil del márketing.
Useasé, que la maravillosa transimisón de 3 platos que años de desarrollo de ingeniería mecánica han conseguido casi perfeccionar, se va a ir al carajo y la voy a dejar solo con dos platitos, uno de 26 dientes y otro de 40. Vamos que le quito 4 dientes por un lao y otros 4 por otro y me quedo con 8 menos. Dicho así sí que suena a tontería.

¿Útil? Ya lo veremos, yo ahora mismo creo que sí. Una de dos, o me quedo la mar de contento porque me deshago de desarrollos que no utilizo, o me echo a llorar cada vez que tenga que afrontar un cuestarrón y no tenga a la vista mi pequeño plato de 22 dientes.
Claro, ahora estoy en mis tierras manchegas que me vieron nacer, con sus líneas horizontales por todas partes y sus largos caminos llanos que nunca se acaban y que los cruzas sin quitar el plato grande, tan rápido como pasan los días de verano otra vez en casita y mandando currículum-s (acabado en "S"? según una profe que tuve muy pedante eso jamás) a todas horas... lo malo va a ser si vuelvo por Graná o similares (en alguna marcha-carera dura y esas cosas), igual ahí me arrepiento como un cobarde-coward. Lo que si puedo casi asegurar es que puestos a cambiar, sale mas barato cambiar dos que tres.



Lo que espero es que mis "enemigos" no lean esto, porque sino ahora les dará por meterme por las peores cuestas que conocen.
Por supuesto, ahora toca apuntarse a alguna carrera-maratón para ver si el experimento triunfa o dentro de un mes cuelgo aquí un anuncio de "se venden platos 26-40".

Pantalones anchos

Se me había pasado hacer algún comentario sobre la bici que monté en la ruta de Navacerrada, algo imperdonable teniendo en cuenta lo que me gustó el bicharraco este.
Además, le he cogido el gustillo a esto de probar bicis; en menuda me he metido.



Aunque una de las marcas para mi gusto más llamativas, nunca me habían vuelto loco a mí las Scott, pero la cosa ha cambiado desde que probé la Genius. De hecho, esta misma bici nunca me había despertado gran interés por su geometría un poco inusual y por el sistema de funcionamiento "al revés" de su amortiguador Equalizer, y aún siguiendo sin convercerme del todo eso de que se alargue, he de reconocer que el sistema funciona de maravilla.

Hace honor a su nombre, es una bici bastante personalizable y con un amortiguador muy inteligente. 150 mm delante y detrás, y a pesar de haberla regulado con un tacto muy lineal (muy acorde con la ruta que hicimos) no daba esa sensación una vez montado. Con menos de la presión recomendada para mi peso en la cámara positiva(casi 300 psi, una exageración) pero sí con esa presión en la negativa (en teoría deberían llevar la misma presión ambas cámaras), aproximadamente la primera mitad del recorrido se hace muy sensible y lineal, aunque rápidamente se torna muy progresivo y se endurece, haciendo difícil de llegar al límite (perfecto para los saltos). Podría haberle dado otro tacto muy distinto, pero para un día de disfrtuar éste era básicamente el tacto exacto (y creo que el que mejor le va a esta bici).
Si miras lo que se extiende el amortiguador no da la sensación de que dé mucho recorrido, pero no pasa lo mismo si te fijas en lo que se mueve la bieleta.



El modo "traction" que reduce el recorrido del amortiguador hasta casi la mitad hace que las zonas pedaleadoras y las subidas accidentadas se hagan mucho mas cómodas, ofreciendo casi el mismo tacto pero en menos recorrido. Y el mando para activarlo es algo "delicatessen", da gusto aprentar la palanquita, que en la tercera posición bloquea por completo el amortiguador y la horquilla (su umbral de bloqueo Floodgate también es regulable) y le ponen la guinda al pavo, ideal para tramos de asfalto.



Es lo que viene siendo una bici de trail, all mountain o como lo quieras llamar, pero es perfecta. Muy rígida (bastante para la bieleta tan larga que tiene), cuadro hidroformado con unas líneas muy bonitas desde el sillín (los tubos son anchísimos, muy llamativos), con una posición retrasada a pesar de que la potencia no es excesívamente corta, ya que el tubo de sillín tan angulado te lanza hacia la rueda trasera, genial para las bajadas. Sobra decir que en el sendero Whisler las bajadas se hacían mucho mas seguras y fáciles con todo su recorrido disponible.

La estética, para mi gusto, perfecta, no le cambiaba nada. Elegante pero llamativa. Vamos, que es una máquina para divertirse sí o sí.

Andenes.

Dirección Madrid. Mediados de agosto, poquita gente y misteriosamente un fresquito y un viento inusual para esa época.
Hace más de un mes me quedé con las ganas de hacer una ruta por la sierra del Guadarrama después de ver lo que por allí existía, cuando subí a hacer el despiece de la EX5. Así que, aprovechando la generosidad de unos amigos cuyo domicilio laboral se encuentra en Cercedilla (vaya dos pepinos que nos cedieron), y aporvechando también que mi hermano vive en Madrid, organizamos una rutilla circular desde Cercedilla para subir a Navacerrada y bajar por el renombrado sendero Whisler.
Para ello fueron necesarios tres días de trayectos entre Atocha y Cercedilla, para recoger las bicis, para hacer la ruta y el último para devolverlas. Y mereció la pena.


Si vas a hacer esto mejor llévate música o en su defecto un libro.

No conocíamos los caminos, así que un poco de búsqueda, intentar recordar todo o que nos dijeron dos días antes con el mapa delante y un poco de instinto.
Muy bonitos senderos los que por allí suben, algunos de ellos te hacen lloriquear más de la cuenta, como la antigua calzada romana que ahora es una auténtica agonía subirla.


Parada para mear en mitad de la subida del sendero Schmidt y... anda! mira que sitio mas chulo para una foto!!! (quien dice una dice veinte).


Esta es la foto del fin de semana.

El sendero Schmidt con el que contacta es una pasada recorrerlo hasta llegar al puerto de Navacerrada (sobre todo si llevas una Genius de 150mm como me tocó a mí). Antes de ello pasamos por la Fuenfría, y por fín nos hacíamos un mapa mental para no perdernos.


Esto es justo antes de llegar a la Fuenfría. Había una pista forestal que te lleva allí sin problemas, pero como somos mas del campo que un Land Rover acabamos subiendo por una vereda 100% piedras y 100% machacante. Las vistas geniales.


Justo antes de llegar al fin de la subida. La EX5, una vieja amiga mía que volvía a acompañarnos.

Allí arriba, en un momento de tranquilidad y en el cual nos planteábamos sentarnos en una de las terrazas mas altas del puerto a tomarnos algo, un transeunte vestido de atleta y sus dos amigos que se unieron empezaron a lavarnos el cerebro para que subiéramos a la cada vez más conocida Bola del Mundo, el punto más alto de por allí y en el cual este año termina una etapa de la vuelta ciclista a España.
Aunque las fuerzas de mi hermano no acompañaban (es lo que tiene mas de un año y medio sin coger una bici) al final la presión de mi asiática mirada le pudo y se lanzó hacia el comienzo de la subida. Intentamos subir por un camino en lugar de por el asfalto, aún sabiendo que solo se puede subir por el asfalto (eso nos dijeron muchas veces). Al final terminamos comiendo en un bonito picacho con unas vistas de postal, con las 4 torres madrileñas asomando entre la bruma radioactiva que cubre la urbe. Y abandonando la idea de llear hasta la Bola.





No hay comida que sepa mejor que la que te zampas sentado en el campo, con hambre, sed y cansancio.
Y justo después de eso, empieza la bajada hasta Cercedilla, casi 100% de desnivel favorable y con obstáculos muy divertidos, en los cuales alguno se sentía Steve Peat pero sin la bici y la técnica de Steve Peat y terminaba besando la tierra del Guadarrama.



La verdad que el sendero merece la pena bajarlo porque es técnico, rápido y divertido, sin llegar a ser un circuito de descenso. Y si puedes hacerlo con una doble de 150mm se hace perfecto.


Aquí todo es disfrutar.


Fin de la ruta, en la casa de nuestros amigos.


Como no, las cervecillas mientras esperamos al cercanías. Aquí está el único perro que ha ido a recoger chapapote. Sus dueños no creo que les hiciera gracia.
PD: aquí los bares son curiosos y van al revés, cuanto más pides peores son las tapas (hasta su ausencia).

Y al llegar de nuevo a Madrid, un poco de turismo con helado de pijo incluído (osea caro pero muy rico) antes de ir a casa, que para eso es verano y las tardes largas.



Agosto es un mes raro. Puedes pedalear si problemas por el centro de Madrid, moverte por las grandes avenidas sin pelearte con el tráfico y hasta pasar frío por la noche.

Esto hay que repetirlo.