jueves, 31 de diciembre de 2009

Probador de bicis por un día.

Pues otra vez mas, concursos y concursos se me plantan delante, ahora que tengo otras cosas en la cabeza. ¿Y que hago yo? Pues concursar, ¡eso está claro! Lo último, pues a ver si por escribir una prueba sobre mi bici me dejan otra (que todo hay que decirlo, peor que la mía)para que la exprima y lo cuente. A ver si tantos años de leer revistas y tanto dinero invertido en ellas ha dejado algún poso "literario" en mi cabeza. El resultado:

CANNONDALE TAURINE SL 2´ 08.
"Su aspecto no engaña, es una bici de rally de competición. ¿Y qué pinto yo con esta “máquina de sufrir” en plena época de desarrollo de sistemas de suspensión hipercomplejos que optimizan el rendimiento de las fuerzas del ciclista? Pues lo mismo que les sucede a los niños pequeños cuando se ponen a jugar con la caja y no con el juguete que contenía, quizá las cosas sencillas son las que más curiosidad nos despiertan, o eso o en mi caso: algo de masoquismo.

Las primeras pedaladas sobre esta Taurine sorprenden, y no por lo rápido que acelera (era obvio que lo haría), sino por su aparente comodidad.
La percepción engaña, parece que el manillar tan bajo y la distancia entre potencia-sillín nos van a lanzar sobre la rueda delantera y van a poner nuestra espalda a trabajar en exceso; Pero una vez moviéndote encima de ella esto no ocurre así, el bajo pedalier unido a un ángulo de la dirección no excesivamente vertical, nos hacen estar algo mas cómodos de lo que cabría esperar.

Empieza la subida y la sensación de haber adelgazado empieza a inundarte. El tubo de sillín es bastante vertical, al contrario que la dirección, de forma que toda la fuerza que hacemos sobre los pedales se transmite inmediatamente al pedalier FSA GPX-II, donde es un regalo para la vista ver cómo el cuadro envuelve generosamente toda esta zona. Una pena que de serie no incluya el BB30 aunque venga preparado para ello. Y hablando del cuadro, es inevitable mirar hacia abajo muy a menudo (aunque no quieras) para contemplar el conjunto tubo horizontal – pipa de la dirección abrazándose mutuamente.
Tan sobredimensionados están construidos que no encajan con la clásica idea de bici 100% rally. Este mismo tubo es un ejemplo de construcción, porque además de rígido y de formas atractivas, presenta un acentuado slooping (talla M) que le da a la bici un carácter juguetón y muy manejable.
A este carácter también aporta responsabilidad el resto del cuadro, tremendamente rígido en todos los planos y un gran absorbente de las vibraciones; sus tirantes y vainas están mucho más trabajadas de lo que ofrece un vistazo rápido. Cuanto mas los observamos mas percibimos sus
cambios de curvatura y aplanamientos (en la parte media de las vainas) responsables de esa comodidad que la hace apta para largos maratones.

Y cuando comenzamos a bajar, las características antes mencionadas hacen de este cuadro una caja de sorpresas. Por un lado se torna muy estable debido en parte a su larga longitud entre ejes, especialmente en bajadas rápidas por pista o por caminos poco accidentados. Por otro lado, en zonas ratoneras y rizados es sumamente fácil llevar por donde nosotros queremos, debido a la manejabilidad que le confiere su slooping y su bajo centro de gravedad. El único hándicap es que los pedales en ciertas ocasiones pasan demasiado cerca de las piedras y raíces.
Pero no podemos hablar de rigidez y manejabilidad sin mencionar la relevancia de su horquilla Lefty. No te cansas de demostrar a los compañeros de ruta de los domingos que no se parte a pesar de “faltarle” la mitad derecha. Su tacto a veces demasiado lineal, da la sensación de que sus casi 11 centímetros de recorrido, ya de por sí mas que suficientes, son algunos más. No hay situación en la que no trague con todo de manera sobresaliente.
Y lo mejor de todo es la solidez que la acompaña siempre, envidiable por otras horquillas “bilaterales”de similar recorrido.

Algunos componentes son más que adecuados para esta bici, si bien se echa de menos algún toque de más categoría en una bici de este precio, como por ejemplo un manillar de carbono o unos tubeless de serie. No obstante, el pétreo SRAM X9 al cual parece no afectarle el paso del tiempo y los kilómetros y unos sobrados Avid Juicy 7 ya equilibran la balanza a favor de su compra.
Por el precio de esta bici hay otras opciones con componentes más “pomposos”, pero llevar una cannondale es una sensación extraña, de superioridad o mejor dicho, de
profesionalidad. Se defiende bien en todos los terrenos con la maestría de un experto. Por eso no es una bici para cualquiera, es una herramienta para quien ya sabe aprovechar los grandes recursos que pone a nuestra disposición.

Con una estética muy cuidada, semejante a la del equipo de competición (que aseguro capta la mirada de muchos curiosos) y el funcionamiento global de la bici, hacen que invertir unos ahorros en ella sea una elección segura. Para un uso rally-maratón y para personas a las que no les gusta complicarse la vida y sentir las clásicas sensaciones de una rígida pero con un toque de distinción, ésta es sin duda una opción inequívoca.
Hasta tal punto que hace preguntarse si realmente algún día será necesario dar el salto definitivo a las dobles".

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