jueves, 15 de diciembre de 2011

Bittersweet Symphony

La nostalgia es probablemente, de todas las emociones complejas que tengo, la más incierta, difícil de separar su lado bueno del malo, un poco agridulce.

Cuando recuerdas tiempos pasados que fueron muy buenos viene al cuerpo una doble sensación, muy agradable por un lado, que te hace sonreír, te vienen a la cabeza risas, el olor de la casa en la que estabas, paisajes… afortunadamente la memoria (la mía la menos) es optimista y suele dar más peso a los buenos recuerdos. Aunque no tengo claro que pasa con los malos, no se si caen en lo más profundo de la corteza cerebral, dejando a sus neuronas las conexiones justas para que aparezcan muy de vez en cuando, o son transformados como mucho mejores. Se podría decir que mi cerebro en lugar de líquido cefalorraquídeo en las meninges tiene almíbar, que todo lo vuelve dulce.

La segunda parte de la nostalgia es muy distinta, un poco dolorosa, como si quisieras darlo todo por volver a ese momento durante un rato, como si fuera mejor que el presente (que a veces sí, pero otras veces para nada). Es una especie de tristeza adictiva, le da más valor a lo que hemos vivido, hace que sepamos que ha merecido la pena. Por eso viene bien recordar de vez en cuando, para que los sentimientos relacionados no se echen a perder, para que se refuercen, sobre todo si son de los entrañables; fastidia cuando un recuerdo que antes nos ponía los pelos de punta o nos daba congoja ahora nos deja indiferentes, al menos a mí me fastidia, es como si perdieras una parte de lo que te hace persona.

Image and video hosting by TinyPic

Image and video hosting by TinyPic

Por eso me apetecía volver a Barcelona, para que no dejara de “dolerme” al perderme por sus oscuras callejuelas y también al quedarme embobado con las paranoias modernistas de Gaudí. Hacía más de 10 años que fui por primera y única vez, pero aquellos eran otros tiempos, estaba en el instituto, mucho más hormonado gonadalmente y con tonterías en la cabeza bastante inproducivas (tonterías en a cabeza las hay siempre, como escribir un blog inútil por ejemplo). El caso es que, recordaba la ciudad blaugrana muy bien, algo distorsionada pero muy bien, aunque ya no tan nostálgica, ha pasado quizás demasiado tiempo desde que fui. También es cierto que la mayoría de las personas, por no decir todas, que me acompañaban por aquél entonces ya no forman parte de mi vida cercana, ni siquiera por las redes sociales (lo cual ya dice mucho). Es el precio a pagar por hacerse mayor.
He aprendido la lección: debo hacer viajes a sitios que me gustan más a menudo.

Como probablemente esta sea la última entrada que haga en este nostálgico año 2011, felices fiestas y que 2012 sea genial.


Image and video hosting by TinyPic

Image and video hosting by TinyPic

Image and video hosting by TinyPic

Image and video hosting by TinyPic

No hay comentarios:

Publicar un comentario